A finales del siglo XIX, la luz eléctrica transformó por primera vez las noches de Cáceres. Quinientas lámparas incandescentes inundaron sus calles de un resplandor cálido y tembloroso, muy distinto al de los faroles de gas o la oscuridad habitual. Era una luz aún artesanal, inestable, casi íntima. Un lenguaje nuevo que comenzaba a escribirse sobre la piedra.
Untitled (Limen) propone una inmersión sensorial en ese instante de transición. No como documento histórico, sino como reconstrucción afectiva: un intento de habitar la textura de aquella luz primera, de experimentar la noche tal como la vieron quienes la vieron por primera vez iluminada. Una noche que ya no existe, pero que aún brilla, tenue, en la memoria de los materiales, en los reflejos del hierro, en la sombra proyectada sobre el empedrado.

El umbral al que alude el título es ese instante suspendido entre dos tiempos: lo que se enciende y lo que desaparece. Lo que alumbra, y lo que no vuelve, se unen en un ejercicio para aprender a mirar de nuevo.
